Calóricamente ambos productos son similares, por lo que su consumo no debe excederse en ningún caso. Igualmente la miel es una alternativa más sana ya que al ser un producto natural y no procesado contiene antioxidantes, vitaminas, minerales y propiedades antibacterianas que el azúcar no presenta.
La miel y el azúcar tienen prácticamente la misma cantidad de calorías, por lo que se debe controlar el consumo de ambas. La diferencia está en que la miel, elaborada por las abejas a partir de néctar de flores, es un producto natural. Por lo tanto, contiene más fructosa (azúcar natural, de absorción lenta) que glucosa, al contrario del azúcar, que es 100% sacarosa y se absorbe de golpe, llegando rápidamente al torrente sanguíneo. Así, podemos decir que la miel tiene un índice glucémico inferior al del azúcar. Aun así, sigue siendo un alimento muy rico en azúcar, por lo que debes tener especial cuidado al consumirla si eres diabético.
En cuanto a su utilidad en la cocina, también tienen sus diferencias. El azúcar tiene un sabor más dulce y es muy útil para preparaciones como el caramelo o el glaseado. La miel, por otro lado, tiene propiedades aglutinantes: es perfecta para unir galletas de avena o barritas de cereal.
Por lo demás, la miel, al ser un producto natural y no procesado, contiene antioxidantes, vitaminas y minerales que el azúcar no presenta. Además, tiene propiedades antibacterianas y expectorantes.
Por lo tanto, si estás buscando una alternativa más saludable para tus comidas, es más aconsejable endulzar con miel. Pero recuerda: ambos alimentos son ricos en azúcares y calorías, así que ¡sin excederse!