El ejercicio aporta no sólo beneficios físicos, sino también psicológicos, mejorando la calidad de vida. Y aunque no lo creas, no necesitas inscribirte en un gimnasio para aprovechar las múltiples ventajas de ejercitarte periódicamente.
Todos lo sabemos: la actividad física es buena para la salud. El ejercicio aeróbico mejora el sistema cardiovascular, disminuye la presión sanguínea y mejora la circulación, lo que reduce el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Ejercitarse, también, retrasa la degeneración ósea, lo que se traduce en un cuerpo más fuerte y saludable, llegando incluso a prevenir la osteoporosis. Además, produce endorfinas, hormonas que generan felicidad y fortalecen el sistema inmune, lo que nos protege parcialmente de enfermedades. Como si fuera poco, aumenta el flujo de oxígeno al cerebro, lo que nos mantiene más despiertos y aumenta nuestra capacidad de concentración y aprendizaje. Y, por supuesto, mejora la apariencia física, ayudándonos a conseguir nuestro peso ideal, lo que aumenta la autoestima y genera bienestar. Pero es necesario ser constantes con el ejercicio o no veremos estos esperados resultados.
Los expertos dicen que, para ver resultados, lo más importante es practicar ejercicio con regularidad. Para no perder el ritmo y mantenerse saludable, lo ideal es ejercitarse 3 veces por semana, al menos durante 30 minutos cada vez. De esta manera estarás generando resistencia y luego de un tiempo ya no te cansarás tanto. Se recomienda combinar ejercicio aeróbico, como correr, bailar o saltar a la cuerda, con ejercicios de peso y resistencia, como usar mancuernas mientras bailas zumba o correr un cerro en subida en vez de sobre una superficie plana. También puedes alternar los ejercicios de cardio con ejercicios de pesas.
Pero no necesitas invertir en un gimnasio si no tienes el tiempo o el dinero. ¿Tienes bicicleta? ¡Aprovéchala! Puedes probar ir al trabajo en bici y así también estarás ahorrando y evitarás contaminar. También puedes salir a trotar, pero ojo: siempre con zapatillas adecuadas, para no dañar las articulaciones. Recuerda que, si no estás acostumbrado, debes comenzar con pocas distancias e ir aumentándolas conforme vayas generando resistencia.
Por último, recuerda llevar una alimentación equilibrada y saludable, rica en vegetales, frutas y carbohidratos de absorción lenta, que generan saciedad y aportan nutrientes. Nuestras pastas Vivo son buena fuente de fibra y proteínas, y tienen el beneficio SlowCarb, que permite la asimilación lenta de los nutrientes para que tu cuerpo los utilice como energía y no los conserve en forma de grasa.